Yo vivo tanto en el pasado, que me impide imaginar mi futuro. No sé por qué, pero se me hace imposible, estar cien por ciento en el presente. Desconozco lo excitante de la incertidumbre, pero estoy familiarizada con la nostalgia del pasado. Quizás ese sea mi problema, no poder dejar el pasado atrás. O quizás si puedo, pero no quiero. No quiero curarme del ayer. Prefiero lo que era, a lo que es, o lo que puede ser. No hay dilema. Yo daría mi futuro por volver a mi pasado.