Con un estilo excepcional.
Carismática y sin duda perspicaz.
Así describiría su exterior.
La corteza de su persona
aparentaba ser flamante y sana.
Pero una vez mirabas a través de su fachada,
y pelabas las infinitas capas
hasta llegar a su núcleo,
La repugnante oscuridad era evidente.
Estaba destrozada por dentro,
absolutamente podrida.
Irreparable.
Era una negrura que consumía su alma,
contaminaba su esencia,
y la llevaba lentamente al abismo de la locura
Que ironía,
tan intacta por fuera,
tan rota por dentro.
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