Era nuestro ultimo primer dia de clases. La energia mas abundante y positiva que nunca. El año que habíamos esperado toda nuestra vida, por fin había llegado. Empezamos a hacer planes, tomar decisiones importantes, hablar de nuestro futuro y de todo lo que estábamos seguros estaba por venir. Como si nada, estábamos ya a 3 meses de graduarnos y -
“Estimados estudiantes y padres de familia,
Como saben el Presidente ha cerrado los colegios, efectivo inmediatamente.”
Todo cambio, un Miercoles, 11 de marzo a las 5:51 pm, cuando recibimos esta noticia. Nadie imaginó que el correo que contenía esas palabras le daría un giro de 360 grados a todo lo que creíamos saber, nadie imaginó que ese dia empezariamos a tachar fechas importantes en nuestro calendario y empezariamos a vivir en una incertidumbre tan agobiante. Nadie mucho menos, imagino que esa noticia tan inesperada marcaría el fin de una de las etapas más importantes de nuestras vidas.
Sin previo aviso y de repente, un virus nos vino a arrebatar el tiempo que nos quedaba como seniors, nuestra anhelada fiesta y ceremonia de graduación, nuestra tradicional senior exit. Pero no solo eso, sino que nos quitó incluso, las cosas más “normales.” Las cosas más simples. Aquellas que solo hasta que las perdimos, nos dimos cuenta de lo verdaderamente valiosas que eran.
Sentir esa adrenalina mientras corrías para comprar las pupusas de la café. Saludar a Mr. Dafnis, nuestro mayor admirador, en los pasillos como era de costumbre. Hablar de todo y de nada en lunch todos como promoción. Comer las galletas de la Ms. De León y escucharla decir que nos iba a bajar al “standard across studies”. Tratar de pensar en algo inteligente que responder mientras escuchábamos a la Ms. Cáceres decir “you are english literature higher level students”. Ver el seating plan de Mr. Cortez al entrar a su clase. Ir a imprimir y quedarte mínimo 5 minutos chambreando con la Hilda. Ver peliculas con el Profe Orestes. Ser “cinico sinverguenza” con la Ms. Sánchez, Oír a la Ms. Granados pedir los “Móviles”. Correr como nunca para que Mr. Burdett no nos dejará afuera. Quejarnos de lo mucho que “ya nos queríamos graduar.” Platicar de todo con el profe Paniagua, con la Ms. Escalante y la Ms. Valiente. Ir a la clase de Mr. H y no dejarlo dar la clase. Visitar a los University Counselors solo porque sí. Ir a entrenos de futbol y reirnos de Lucas, hacer la parte “kore del dia” con Mariano Bozzi, ir a atletismo y escuchar el “ay mis muchachitas” de la Ms. Gaby. Experimentar esa sensación de apoyo en la Copa Bulldog, hablar con todos en el Car park y frustrarnos cuando los profesores nos regañaban por sacar los teléfonos, salir el viernes, ver todos los días las caras de aquellos con los que crecimos.
Fue algo imprevisto, microscópico, mortal, que nos quitó nuestros últimos 72 días en nuestro segundo hogar… pero fue esto mismo lo que nos despertó, nos recordó la importancia de la conexión humana, y que, nada, nada de lo que tenemos en este mundo, ni el trabajo, ni el dinero, ni la casa, ni el tiempo, vale la pena si no podemos compartirlo con otros.
Nuestro El Salvador ha tenido una herida durante demasiado tiempo, que nunca ha podido cicatrizar. La misma herida que nos ha dividido, que nos ha hecho a los Salvadoreños oponentes en lugar de hermanos, que no ha impedido crecer y en este momento tomar decisiones y progresar como país. La situación global actual, y aquí en nuestro país, debe servirnos como ejemplo para buscar ser mejores seres humanos. Salvadoreños solidarios que practican la empatía y no la intolerancia. Qué difundan la colectividad, y no el individualismo. Que siembren el amor y no el resentimiento. Esta crisis es una nueva oportunidad, de cambiar el futuro, de prosperar, de hacer historia. Es nuestro deber, como la futura generacion de lideres, cicatrizar esa herida. Pero solo practicando la unidad ahora podremos ejercerla en el futuro.
Ahora más que nunca, debemos unir fuerzas, ser los Salvadoreños solidarios que nos ha faltado ser. Porque si, hemos tenido nuestras diferencias, como todo equipo. Quizás no todos tuvieron la mejor de las experiencias en el Colegio. Posiblemente todos recuerden un mal momento que desearían poder borrar. Se rompieron amistades, se formaron otras. Derramamos lágrimas, y nos estresamos innumerables ocasiones. Tuvimos drama y diseñamos malas prom t-shirts. En muchos casos, no nos apoyamos mutuamente y TODOS, en algún momento, deseamos que terminara. Pero también nos reímos, aprendimos, compartimos, creamos recuerdos inolvidables, conocimos a personas con las que siempre tendremos un vínculo inquebrantable, crecimos lado a lado, superamos dificultades juntos y ahora, juntos superaremos este nuevo desafío. Y de eso se trata, de llegar a un terreno común.
Cuando vemos tanto sufrimiento, tanto dolor, tanta muerte en todo el mundo. Debemos tomar un segundo para mirar a nuestro alrededor y apreciar la vida que tenemos, las personas que nos rodean y quienes nos han convertido en la persona que somos hoy. Somos quienes estuvimos desde el comienzo y los que vamos a estar en un futuro.
Querida clase del 2020, este día habría sido el día en que desfilaremos con nuestra toga, nuestro diploma en la mano. Sonriendo a nuestros familiares, a nuestros profesores, a nuestros amigos, tomados de la mano, abrazándonos, arrojando nuestro birrete hacia lo alto, gritando "Lo logramos, finalmente lo logramos". Si bien es cierto, nos quitaron fechas importantes, pero tuvimos años increíbles, años de innumerable anécdotas que estoy 100 por ciento segura van a estar en todas nuestra conversaciones dentro de 10, 15, 20 años. Esta adversidad no va a opacar lo que juntos hemos vivido, ni lo que estamos por vivir y a pesar de no estar como esperábamos, si lo hemos logrado, y he hemos salido muchisimo mas fuerte de lo que esperamos. Este es un día para llorar por lo que hemos perdido. Pero también para celebrar lo que la vida nos ha enseñado. Espero que cuando todo esto pase, seamos mas solidarios, mas unidos, nos amemos más, nos apoyemos más, seamos más fuertes y más amables, porque hemos pasado por lo peor, juntos.
Los amo, y se viene durisimo!
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