Un día sí y uno no.
Un día sonrisas y otros, lágrimas.
Ahora estas arriba,
mañana abajo.
Ahora se quiere algo,
Más tarde ya no.
Los humanos somos criaturas inestables,
y por eso nuestra vida se convierte
en una serie de decisiones
completamente impredecibles.
Sufrimos de constantes alteraciones
de nuestro carácter, humor y tranquilidad.
Y aun así, se nos impone infinitas posibilidades,
e incesantes decisiones que tomar,
que basado en esas situaciones alternantes,
dictamos lo que al final,
se convierte en nuestro destino.
Lo inestable entonces, se vuelve verdaderamente inevitable,
Y lo impredecible, insólitamente excitante.
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